viernes, 21 de diciembre de 2012

Un negocio dirigido a cubrir las necesidades de los celíacos

En mi ascenso a la superficie desde las entrañas del subterráneo madrileño, en la estación de Plaza Castilla, me encuentro con un cielo límpido y brillante, invadido por un sol que se refleja en las altivas Torres Kio de la capital. Conforme aparezco en las pavimentadas calles del intercambiador, observo un gran cartel, desplegado a lo largo del antiguo depósito de agua del Centro de Exposiciones Arte Canal, dependiente del Canal de Isabel II, con la imagen de María Callas que cubre el antiguo depósito del agua.

Muy cerca de allí, en la calle Mateo Inurría, 11  se encuentran las instalaciones en las que desarrolla su actividad mi siguiente "emprendedora", Gabriela Marchesotti, propietaria y fundadora de Singlutentacines, quién como madre de una niña celíaca, creó esta empresa apremiada por la necesidad de encontrar una solución nutricional para este grupo de personas que poseen una intolerancia a la ingesta de una proteina vegetal, la gliadina, que tienen algunos cereales.

Gabriela es una persona abierta, extrovertida, que utiliza un lenguaje exquisito y fluido y que, después de veinte años dedicada al sector de la alimentación en España, con una Master en Bromatología y Control de Calidad de Alimentos, decidió investigar para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta anomalía. Así surgió Singlutentaciones, una empresa joven que asocia la repostería de diseño a los productos aptos para dietas sin gluten.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Emprender en los núcleos rurales, respetando el entorno

Hace un par de semanas me acerqué al Palacio de Congresos y Exposiciones, situado en el  Paseo de la Castellana, para ver lo que "se cocía" en la celebración de la I Feria del Emprendedor Rural, organizada por EmprendeNatura. Me sorprendió ver el interés de los "urbanitas" por la filosofía del emprendimiento dentro del ámbito rural.

A lo largo de los dos días que duró el evento, se desarrollaron decenas de actos a través de ponencias, presentaciones de trabajos, venta de productos realizados por particulares asentados en pueblos o informaciones sobre las actividades que desarrollaban cada una de las asociaciones que allí se dieron citan. Hicieron de la sede un punto de encuentro en el que mostrar a los interesados, que emprender fuera de los núcleos urbanos es posible, pero no a cualquier precio para el entorno que se ofrece generosamente a los nuevos "inquilinos".

viernes, 7 de diciembre de 2012

El arbitraje como herramienta para la resolución de conflictos

De entre las diversas modalidades de protección pública que se registran en el  panorama nacional sobresalen aquellas que consisten en el ofrecimiento de instrumentos para la solución de los conflictos con carácter alternativo, o en su caso,  complementarios a los tradicionales que ofrece la Administración de Justicia.

Estas alternativas se justifican para  intentar conseguir una menor confrontación, sabiendo que no hay mejor solución que la que es voluntariamente aceptada por las partes contendientes.

Estos instrumentos alternativos de resolución de conflictos surgieron a mediados del  siglo XX en Estados Unidos, conocidos habitualmente por las siglas inglesas ADR (Alternativa de Resolución de Disputas), y actualmente se están implantando, tanto en las sociedades desarrolladas como en las que están en vía de desarrollo.

El número de arbitrajes en España en conflictos dentro del ámbito civil es limitado porque un porcentaje alto de abogados no conoce esta fórmula para la resolución extrajudicial de conflictos.

En esta línea está desarrollando su actividad profesional Abydos, un equipo multidisciplinar integrado por abogados, psicólogos, economistas y mediadores que ponen en común su experiencia y conocimientos profesionales, con el fin de orientar en la resolución eficaz de diferentes conflictos. Para informarme de la labor que vienen desarrollando, desde hace poco más de un año, he quedado con Inmaculada una de las profesionales integrantes de este proyecto.

jueves, 29 de noviembre de 2012

I Feria del Emprendedor Rural, otra forma de emprendimiento

Esta mañana  he dirigido mis pasos hacia el Palacio de Congresos de Madrid, situado en el Paseo de la Castellana 99, para empaparme de lo que se cocía en la inauguración de la I Feria del Emprendedor Rural .
Carteles anunciadores del evento me iban marcando el camino hacia la entrada del edificio, tras pasar una verja de color negro, fui encontrando a mi paso hojas, ramas, y algún que otro fardo de paja, que me anunciaban que el camino del emprendimiento también es posible en el ámbito rural.

Una vez en el interior del Palacio de Congresos, observo un mundo de la emprendiduría diferente al que estaba acostumbrada a tratar hasta hoy. Reunidos en diferentes stands, particulares, instituciones, organismos o fundaciones dan a conocer al visitante sus propuestas para hacer de los pueblos un lugar en el que los "urbanitas descontentos" puedan desarrollar su espíritu emprendedor y fomentar, a la vez, espacios de encuentro para llevar a cabo oportunidades de negocio.

Detrás de esta original iniciativa se encuentra la labor incansable de Lucía Molet, organizadora de la Feria y fundadora del proyecto EmprendeNatura. “Las oportunidades de negocio que tiene un emprendedor en el campo son muchas más de las que se puede imaginar. España, con un 98% de sus pueblos con menos de 5.000 habitantes es claramente un país rural. Y en estos pueblos están demandando servicios que sólo tienen en la ciudad y que si tuvieran en sus territorios elegirían preferentemente”.


jueves, 22 de noviembre de 2012

El cooperativismo como forma de generar empleo


Esta mañana me he acercado al barrio de Esperanza para hablar con mi nueva entrevistada y que me cuente cuál fue el motivo que le movió a iniciar el camino de la "emprendiduría". Hoy, os presento un proyecto encaminado a prestar diferentes servicios a centros de enseñanza pública a través del cooperativismo. Una nueva forma de emprender haciendo de las sociedades cooperativas nuevas fórmulas de generar empleo, teniendo entre sus prioridades las recogidas en la Ley 4/1999. : Dotar a la cooperativa de todos los mecanismos necesarios que permitan su desarrollo empresarial, profesionalizar su gestión.
Velar y ejercer los controles reglamentarios para garantizar un modelo de gestión democrático de las cooperativas.Incentivar la formación de sus recursos propios. Y defender el derecho de los socios a la participación en la distribución de excedentes de ejercicios en proporción a los servicios cooperativos, previo acuerdo de la Asamblea general.

La protagonista de mi nuevo post se llama Ruth y trabajó durante trece años como secretaria en los servicios médicos del Real Madrid, que fueron externalizados hace seis años para integrarse en Sanitas. Con esta medida,  su futuro estaba claro, pasaría dos años engrosando las listas del paro de este país. A lo largo de este tiempo conoció a la que es su actual socia, Carmen, con la que se decidió a dar el paso de "emprender".

martes, 13 de noviembre de 2012

Sierra de Deleitosa, negocio con denominación de origen

El día se ha levantado perfecto para pasear por la ciudad, la temperatura es agradable, mi cara recibe el aire fresco de las mañanas otoñales. Las nubes, que nos han asediado durante los últimos días, han desaparecido como por arte de magia. Me encuentro con un cielo "velazqueño", limpio, despejado, brillante.

Dirijo mis pasos hacia el popular barrio de Vallecas, un distrito con personalidad propia. Construido a partir de las corrientes migratorias procedentes de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha a lo largo de los años 50. Gentes en busca del futuro que sus orígenes les negaba, en un intento por zafarse de la miseria de la posguerra y el desempleo en las zonas rurales. Historias de personas anónimas que hace más de medio siglo introdujeron en sus maletas sus ilusiones, anhelos y esperanzas para conseguir alcanzar un futuro mejor para ellos y las generaciones venideras. 

Asciendo tranquilamente la Avenida de San Diego, calles estrechas, con edificios sencillos, humildes y gentes que recorren sin descanso sus pasajes disfrutando de lo que actualmente es cada vez más difícil de encontrar en las grandes ciudades, un  "barrio vivo". En el que se mezclan culturas, civilizaciones, razas y religiones, y  donde el mediano y pequeño comercio todavía consigue sobrevivir a pesar de la gran competencia de los centros comerciales. Llego hasta el cruce de esta arteria principal  con la calle Carlos Martín Alvarez, avanzo unos metros y me dirijo hacia la calle Santa Alicia, donde he quedado con mi próxima "emprendedora", Maite, quien junto a su marido regenta un negocio que hace de sus orígenes el punto de partida de su proyecto empresarial, Productos Típicos Extremeños Sierra de Deleitosa.



Un negocio cuyo germen está vinculado a las raíces sociales, culturales y económicas de donde es oriunda esta pareja, el pueblo extremeño de Deleitosa, situado en la Sierra de las Villuercas, en el que Marcos, su marido, trabajaba con productos de la zona, fundamentalmente con aquellos procedentes del cerdo, ya fueran ibérico o blanco. 

Maite me explica los orígenes de la idea: "apoyándonos en un montante de 6.000 euros, tomamos la decisión de venirnos para Madrid y vimos en el distrito de Vallecas el enclave ideal para nuestro establecimiento". Para ello,  realizaron un estudio de mercado, "era perfecto por que hay mucho comercio, aunque la competencia sea más dura, es interesante que haya tiendas. Y, sobre todo, porque la mayoría de la población que reside en esta zona es gente mayor oriunda de pueblos o extremeña. Así que nos decidimos a alquilar el local. En un principio, la verdad, éramos un poco escépticos sobre cual sería nuestra evolución. Pero la acogida fue buena, hasta tal punto que yo por el volumen que fuimos adquiriendo decidí dejar mi trabajo. Era secretaria de dirección en Adeslas".

El día a día fue duro, invirtiendo muchas horas a lo largo de la semana para que el negocio prosperase y realizando continuos viajes al pueblo del que proceden y zonas anexas para conseguir productos autóctonos, que posteriormente poder ofrecer a sus clientes. Me indica Maite que el género es originario, en su mayoría, de las provincias de Extremadura, Cáceres y Badajoz, "traemos cerdo, tanto blanco como ibérico, ternera y, actualmente, estamos pensando incorporar pollo. Tener el mejor género supone tratar directamente con los proveedores para asegurarnos de la calidad que ofrecemos". 




A lo largo de la conversación, llega el turno a las posibles ayudas o subvenciones económicas solicitadas por esta emprendedora tenaz a las administraciones. Maite subraya que "aunque las hemos solicitado, tanto en Madrid como en Extremadura, no hemos recibido nada. Sólo, en la Comunidad de Madrid, nos pusieron en contacto con un asesor que te orientaba sobre cómo empezar el negocio, de las expectativas que podíamos tener, aprendimos a marcar precios, a saber qué tanto por ciento podíamos incrementar para obtener beneficios". El gesto de Maite varía conforme me va explicando la relación que se establece entre la Administración y la persona que quiere iniciar un negocio y me subraya que "la teoría que te muestran no se ajusta a la realidad".

Actualmente, mantienen abiertas dos tiendas de productos extremeños en Vallecas y aunque me confirma que no se pueden quejar, pese a esta crisis económica que perdura en el tiempo, critica la falta de sensibilidad de los gobiernos con el pequeño y mediano comercio. La aprobación de la subida del IVA por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, con su entrada en vigor el pasado 1 de septiembre, le ha supuesto a este negocio "un incremento en licores y vinos del 21%, que anteriormente era del 18% y en carne del 8% ha subido al 10% . Lo que no se mantiene es el 4% en legumbres y quesos". La cesta de la compra de las familias, en el último año, se han modificado ya que "ahora se consumen menos productos derivados del cerdo ibérico".



Anima a las personas que tienen proyectos de negocio a luchar por conseguir cumplir sus sueños, aunque sea duro: "es muy gratificante trabajar por cuenta propia, aunque hay que trabajar el doble. Saber que lo que ofreces gusta a la gente, que confían en ti, aún sabiendo que el producto que les ofreces sea un poco más caro".




martes, 6 de noviembre de 2012

Ayuntamiento de Boadilla: favoreciendo el empleo


En este blog dedicado a todas aquellas personas, desempleadas o que han conseguido incorporarse de nuevo al mercado laboral con esfuerzo y tesón, haciendo del "emprendimiento" su proyecto de vida, os hablo de la celebración, durante los próximos días, de la I Semana del Empleo y el Emprendedor, desarrollada por el Ayuntamiento de Boadilla del Monte.

Esta mañana, aprovechando que la lluvia nos da una tregua en la Comunidad de Madrid, me acerqué al Centro de Formación Municipal del municipio de Boadilla del Monte donde su alcalde, Antonio González Terol, inauguraba oficialmente la I Semana del Empleo y el Emprendedor. Unas jornadas destinadas a promocionar la Agencia de Colocación del Ayuntamiento, recientemente autorizada por el Servicio Público de Empleo, y servir como referencia para todas aquellas personas que buscan empleo, bien por cuenta ajena o mediante la puesta en marcha de su idea de negocio.



El edificio en el que tuvo lugar el acto es un gran cubo de color gris situado en la parte alta del pueblo, desde el cual se puede divisar gran parte del municipio. Me dirigí al salón de actos, en el que estaban terminando de realizar las últimas pruebas de sonido. En su interior, el público ya empezaba a hacer acto de presencia. En general, personas con edades comprendidas entre 25 y 40 años. Hombres y mujeres con situaciones personales y profesionales particulares, a los que les une un mismo propósito: encontrar un futuro laboral, ya sea por cuenta ajena o "emprendiendo" proyectos de negocio.

Cada vez son más las administraciones que toman conciencia de que es necesaria su implicación y apoyo, no sólo para favorecer el aprendizaje de quienes se han quedado en el "paro" a la hora de ayudarles a realizar sus currículums vitae para que sean competitivos en el mercado laboral, sino también para estimularles a llevar a cabo sus "ideas" en la creación de un proyecto profesional propio. Para ello, el consistorio de Boadilla, a través de su porta en internet, incorporó hace más de año y medio una Bolsa de Empleo On-Line, SILBO, a la que se puede acceder a través de la web www.aytoboadilla.com., y que, según datos del Ayuntamiento, ha posibilitado que el 25% de las personas registradas hayan  conseguido un empleo.



En este sentido, el alcalde de la localidad, Antonio González, acompañado por el Concejal de Juventud, Deportes, Sanidad, Consumo, Formación y Empleo, Adolfo Arias, valoró positivamente la realización de estas jornadas "en un país en el que la tasa de desempleo supera ya el 25% ; en la Comunidad de Madrid es del 18.5% y, en Boadilla del Monte, del 6,6%. Creemos imprescindible facilitar a la gente desempleada el uso de herramientas de búsqueda de empleo y convertir, así, esta  Semana en un encuentro activo de empleo". 

Y es que, actualmente, las fórmulas para que la búsqueda activa de empleo sea fructífera pasan por el conocimiento de las nuevas nuevas tecnologías y de las redes sociales como vehículo para acceder tanto al mercado laboral en España como al de otros países.

Adolfo Arias me explica que “el 90% de los currículum que reciben las empresas que solicitan trabajadores son descartados en la primera fase del proceso de selección porque no se adaptan de manera personalizada a la oferta de empleo convocada”, y explica que  “se trata de enseñar a las personas desempleadas a sacar el máximo partido de su potencial profesional. Nadie nos enseña a gestionar de manera eficiente nuestro capital humano y la clave del éxito laboral radica precisamente ahí”.

En este sentido, Fernando Lapuente Perea, agente de Empleo y Desarrollo local, me comenta que "el ayuntamiento de Boadilla es agencia de colocación desde el pasado mes de marzo. Desde 2001 funcionábamos como bolsa de empleo y a raíz de la aprobación de un Real-Decreto Ley por el cual el Servicio Público de Empleo nos facilitaba poder configurarnos como agencia de colocación, decidimos emprender el proyecto". 

Fernando Lapuente admite que "cuando una persona sufre un despido y, a lo mejor, lleva muchos años trabajando, es una situación realmente traumática. A veces no sabemos como encajarlo e independientemente de la actividad a la que nos hayamos estado dedicando nos encontramos con que no sabemos buscar empleo. En esta fase es donde nosotros intervenimos, facilitándoles orientación laboral. Les damos de alta en el portal de empleo y les enseñamos a buscar trabajo, partiendo de su currículum vitae". Asegura que es importante la realización de un buen currículum: "les ayudamos a mejorarlo y hacerlo más competitivo, marcando también una línea de trabajo de cómo tiene que buscar empleo utilizando portales de empleo, agencias de colocación, publicaciones, consultoras, ETT etc. Finalmente,  le indicamos un horario con un plan de trabajo diario". 

El alcalde de Boadilla también hizo hincapié "en la implicación de los ayuntamientos para conseguir a través de seminarios, conferencias o jornadas intercambiar experiencias y aprendizajes sobre cómo encontrar empleo y favorecer, en ocasiones, el reciclaje de la gente desempleada para que puedan ajustarse a la oferta que hay en el mercado laboral". Y señaló que, "actualmente, dos de las lacras más importantes en el desempleo en España son: el desempleo juvenil, que alcanza el 54% de la tasa de desempleo de jóvenes menores de 35 años; y los parados de larga duración -especialmente, mayores de 55 años-. Es en este sector dónde las administraciones públicas deberíamos estar más comprometidas". 

Dentro de la Semana del Empleo, el consistorio dedica mañana un programa de orientación y acompañamiento para la inserción laboral de mujeres embarazadas y con hijos menores de 1 año, facilitando un servicio de guardería gratuito, de 9.30 a 14.30 horas. 





jueves, 1 de noviembre de 2012

Negocio floral: intentar salir reforzados de la crisis

Hoy es la festividad de Todos los Santos y, en un día tan señalado como éste, aprovecho para entrevistarme con mi nueva "emprendedora", Esperanza. Esta mujer, colombiana, de sonrisa permanente, generosa en sus gestos y que usa el lenguaje con habilidad y destreza, lleva años afincada en nuestro país y desde hace dos mantiene abierto un establecimiento en el que el colorido y las fragancias naturales no pasan desapercibidos para el viandante, quizás futuro cliente.

He quedado en su floristería, Viserchi Flower Shop, situada en la calle Embajadores 181b, en el madrileño barrio de Arganzuela. Ante el escaparate, compruebo la excelente colocación y presentación de cada una de las variedades que ofrece al cliente: lilos, tulipanes, rosas, claveles, camelias, orquídeas, hortensias; un capricho floral que se abre ante nosotros para alegrarnos la vista en este frío otoño.



Esperanza me cuenta su trayectoria profesional, me habla de una actividad laboral ligada al área comercial en inmobiliarias y  constructoras. Me comenta que "mi anterior trabajo no estaba vinculado a lo que estaba decidida a iniciar. Como consumidora de plantas y flores, comprobé que este barrio carecía de un establecimiento de este tipo. Así, que decidí iniciarme en esta idea y tener mi propio negocio. Y más, motivada por las ayudas e incentivos que facilitaban, en ese momento, para poder llevar a cabo iniciativas de emprendimiento, como préstamos del ICO o ayudas sociales para la mujeres emprendedoras". 

Poco a poco, me va desgranando las fases por las que tuvo que pasar para hacer realidad su sueño. "Primero presenté la idea que quería y posteriormente me vinculé con el proyecto dedicado a los emprendedores de la Comunidad de Madrid. Tuve una asesoría de 4 o 5 meses, cursos presenciales de administración de negocios y de comercialización. Después, presenté mi plan, para poder recibir el crédito. En ese momento, un crédito fijo de 25.000 euros por ser extranjera". Continúa explicándome que, "finalmente lo que teníamos proyectado, que era un volumen de inversión de 40.000 euros, alcanzó cerca de los 100.000".





Conforme avanza nuestra conversación, compruebo, una vez más, la desesperación con la que se enfrentan todas aquellas personas que quieren iniciar cualquier tipo de negocio. Esperanza me confirma que existe cierta incoherencia en el proceso que se sigue desde que se solicita la ayuda hasta que se hace entrega de la misma. "El crédito se facilita una vez que se ha gestionado el proyecto. Creo que no debería ser así; cómo puedes empezar un proyecto partiendo de cero, económicamente hablando. Mientras se gestiona el crédito, tienes que tener un local alquilado, la obra iniciada. Es un récord poder llevar a cabo un negocio en estas condiciones".

Pese a todos los inconvenientes que me relata, Esperanza dibuja una gran sonrisa cuando hace balance de lo conseguido con su floristería. "Gracias a Dios la tienda va muy bien. Hemos acertado con la zona elegida, es importante saber dónde te vas a ubicar. En este caso, el barrio es nuevo. La respuesta ha sido muy favorable".



¡¡¡¡Reto de futuro!!!!, realiza una gran exclamación al pensar en otra cosa que no sea el día a día: "De momento, sobrevivir. Estamos aguantando el tirón. En España, en estos momentos, cualquier persona que decide emprender tiene que ir avanzando poco a poco. Además, la Administración en esta época de crisis no nos lo pone fácil, ya que la aprobación del incremento del IVA del 8% hasta el 21% nos ha perjudicado, porque para que no repercuta en el consumidor, lo hemos asumido los proveedores y el gremio de floristas".

Esperanza es una mujer clara en sus aseveraciones, que no se anda por las ramas. "Tenemos una debilidad frente a aquellas personas que venden también este tipo de productos en tiendas con una franja horaria amplísima, o con aquellas que venden de forma ambulante. Ya que, en la mayoría de estos casos, no se pagan los impuestos correspondientes por el ejercicio de esta venta".

Actualmente, me dice que la facturación, pese a la crisis, "la hemos conseguido mantener, basándonos en la calidad de nuestro género y el buen servicio que ofrecemos a nuestros clientes. Lo primero es la presentación de la tienda y el cuidado de nuestros usuarios".

De cara a los emprendedores, denuncia el arma de doble filo que supone el  planteamiento de la Administración a la hora de animar a la gente a convertirse en empresario, "emprendedor", ya que según Esperanza, "se han ofrecido cosas que no se han podido cumplir. Prometieron y prometen subvenciones a la gente para que se anime a iniciar proyectos empresariales y resulta que, por la crisis, todo lo prometido no puede llevarse a efecto. Con lo cual, hay muchas personas que se han quedado estancadas en la finalización de sus sueños porque dependían de la llegada de esas ayudas para echar a andar".

Pese a todos los inconvenientes que me indica, Esperanza es una mujer positiva y piensa que "la gente no debe amilanarse e intentar llevar a cabo sus proyectos de futuro". Según ella, "si conseguimos dejar atrás la desidia en época de crisis, saldremos más reforzados para años venideros".














viernes, 26 de octubre de 2012

Un negocio para "chuparse los dedos"

Hace relativamente pocos años, el  "fast food" y la cocina precocinada parecían haber ganado terreno a la comida bien elaborada, con ingredientes frescos y naturales, realizada con mimo, dedicación y esmero. A fuego lento y sin prisa. Actualmente, la cantidad de información que recibimos sobre la necesidad de volver a disfrutar de una comida casera, bien hecha y nutricionalmente equilibrada, ha desarrollado en la gente la curiosidad y necesidad de volver a disfrutar de los fogones con todo lo que ello trae aparejado: un placer para el estómago y un deleite para los sentidos.

Y nada mejor que aprender a cocinar, a comer bien y, sobre todo, a disfrutar alrededor de la cocina, que hacerlo con Maite Gallardo, fotógrafa, convertida en una "emprendedora" tenaz, que a principios de este año abrió Taller de cocina Dulce Juanita, un local dirigido a la realización de talleres de cocina, catas de vino, celebraciones o eventos privados, situado en la c/ Ana María, 27, del barrio madrileño barrio de Tetuán.


El taller en el que se imparten todo tipo de actividades, cuyo núcleo común gira alrededor de la comida, es un espacio amplio, bañado en blanco, diáfano, con techos altos, invadidos por numerosas lámparas y sólo interrumpido en uno de sus lados por una gran cocina, amueblada y repleta de todo tipo de utensilios, que aloja en su interior un espacio, amplio, destinado a la manipulación de los productos que, posteriormente, serán utilizados para la creación de un gran manjar.

Maite, su dueña, nos habla de su faceta anterior, en la que ejerció durante más de 30 años como fotógrafa de interiorismo y decoración, trabajo que tuvo que abandonar tras el inicio de la crisis, ya que "el sector de la construcción empezó  su declive y cada vez tenía menos peticiones por parte de las publicaciones en las que colaboraba". Así que, aprovechando que tenía este local "realicé un ligero estudio de mercado por la zona, y comprobé que no había nada parecido. Así que me lancé en enero, y en mayo estaba la obra terminada".

Al tratar el tema de las posibles subvenciones que podía recibir por ser mujer emprendedora, Maite, me confirma, algo que vengo observando en todas los post que estoy publicando, y es que la Administración no facilita, en absoluto, el trabajo de los emprendedores, por que la burocracia exigida relentiza al máximo que en algún momento, puedan llegar a recibir esos emolumentos. Me comenta que "no me he favorecido de ninguna financiación. Porque cuando fu a pedir a la Junta de distrito una subvención, yo no me encontraba en ese momento apuntada al paro. Con lo cual, el importe que ascendía a unos 6.000 euros, no me lo facilitaron. Además, ya sabía por otras personas que, aunque me la hubieran concedido, tardan mucho tiempo en darlas, con lo cual te desesperas, porque cuentas con un dinero que no va a llegar nunca. Así que, con un dinero que tenía ahorrado, hablamos de unos 50.000 euros, me lancé al proyecto".


El barrio en el que se sitúa el local, es un barrio obrero, que tiene mucho color, muchos inmigrantes, con población mayor, pero también con muchas parejas jóvenes que se están instalando ahora. Estas características lo hacen para Maite ideal para su idea de negocio, ya que como ella misma me cuenta "el proyecto quiero que vaya dirigido a gente del barrio, a gente normal. Si es cierto, que me está costando integrarme con ellos, aunque de momento el público que viene es de nivel medio".



El uso de las redes realiza, en este tipo de negocio, una labor fundamental para darse a conocer y Maite es consciente de ello, junto a la elaboración de una buena web de lo que ofertan, intentan favorecer el incremento de gente que acude al Taller a través del "boca a boca".

Para ello no hay nada mejor que ofrecer cursos impartidos por buenos cocineros, entre los que destaca la participación de Rosa Tovar, autora de varios libros de cocina. Maite, confirma que para conseguir la aceptación de la gente "se tiene que crear un buen ambiente y, para conseguirlo, solemos realizar los domingos comidas relacionadas con un tema ya sea cine, pintura, arte o deportes". También ofrece la posibilidad de enseñar a niños, realizando clases amenas y sencillas, en las que los peques aprendan a comer y saber lo divertido que puede resultar la manipulación de los alimentos".



Maite me adelanta que se plantea una ampliación del negocio a partir de enero, incorporando a su actividad culinaria la apertura de una pequeña tienda en el mismo local, en la que poder encontrar comida, utensilios de cocina , libros o películas relacionados con la gastronomía.

De cara al emprendedor, lo tiene claro, "me considero una trabajadora, más que una emprendedora. Pero, sí valoro mucho, que la gente ahora no se pare. Es necesario que nos pongamos en marcha y no dejar abatirnos por la desidia".













viernes, 19 de octubre de 2012

Un multiespacio para la imaginación

Muy cerca de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe o "Iglesia de los mexicanos", situada frente al Parque de Berlín, en el barrio Ciudad Jardín del distrito de Chamartín, abre sus puertas al público un nuevo local destinado a la realización de actos y eventos. Allí quedé con sus propietarias, Mauri y Almudena, quienes me fueron explicando como surgió la idea de iniciar una nueva andadura empresarial para realizar exposiciones, catas de vinos, reuniones de empresa, aprovechando un "multiespacio" que han bautizado con el nombre de "Spazio", situado en la calle Víctor de la Serna, 1.

El origen de este proyecto viene asociado a una de las fundadoras, Mauri, quien anteriormente se había dedicado a celebrar catas de vinos, cursos de cocktelería, al mismo tiempo que llevaba la representación de una marca de joyería y organizaba eventos para Embassy. La jornadas maratonianas de trabajo y la falta de resultados profesionales a sus esfuerzos, le llevaron a plantearse junto a Almudena, su socia,  la posibilidad de emprender un nuevo camino en solitario. 



Almudena nos comentó que después de ver muchos locales, que no cumplían los requisitos que ellas buscaban, y a través de un amigo, que era el propietario del establecimiento, encontraron el "multiespacio" en el que ahora desarrollan su actividad. Un local de dos plantas, ambas de unos 30 metros cuadrados, que actualmente alberga una exposición de la fotógrafa Begoña Rivas

Me comentaron que durante algunos meses y después de pedir opinión a una interiorista, que les animó a ponerse manos a la obra con el local, ambas socias, con pico en ristre, iniciaron las obras de restauración y modernización de la estancia. Almudena me explica que, anteriormente, había regentado una serie de tiendas de zapaterías de niños y que la crisis le había llevado al cierre paulatino de las mismas. Señala que "no pensaba invertir un duro de mi bolsillo, salvo que fuese  un proyecto con futuro. Utilizar poco dinero e ir invirtiendo según fuese generando. No hacer una gran inversión, sólo utilizamos 2.000 euros".



Al tratar cómo se fue gestando el negocio, Maurí afirma que en un principio la idea estaba dirigida "a encontrar a gente que con la mala situación económica que sufrimos hubiera tenido que cerrar tiendas y se hubiese encontrado con un stock sobrante al que no daba salida en el mercado y, así también, ofrecerles nuestra intermediación para conseguir vender ese producto". "La situación económica actual nos llevó a pensar que ofreciendo buenos precios podíamos conseguir este tipo de clientes. Y asociado a ello, dar una vuelta de tuerca y utilizar Spazio para ayudar a artistas a dar a conocer sus obras, a cambio de una comisión de venta muy baja. Lo que nos facilitaba acceder a otro tipo de profesionales. Y, a la vez, favorecer nuestro propio desarrollo".

En marcha, desde marzo de este año, las actividades de Spazio se publicitan "básicamente, a través del boca a boca",  con la utilización de Facebook y con buzoneo por la zona. Pero son conscientes de lo importante que resultan las redes sociales para darse a conocer, es una "carta de presentación fundamental para que cualquier negocio prospere".

Sobre la financiación, Almudena indica que "ha sido nula. Me resultó tan difícil en mi anterior negocio, que lo desechamos. Aunque  entendemos que es necesario financiarnos para poder crecer, pero despacio, sin ahogarnos. Poco a poco".



El barrio en el que se encuentra ubicado Spazio, es una zona residencial en la que también se han asentado importantes empresas, Mauri me asegura que es "esencial" saber elegir el lugar en el que se va a proyectar el negocio. "Tiene que estar bien situado, muy accesible y  bien comunicado. Sobre todo, para este tipo de proyecto. A la hora de realizar nuestra actividad, el desarrollo de eventos, el cliente busca que cumplamos estos requisitos".

"La actividad, ahora, la limitamos a la Comunidad de Madrid. Pero, estamos dispuestas a realizar actividades fuera de ella, nos adaptamos a lo que el cliente nos pide, siempre intentando ajustarnos al presupuesto que nos solicita", según Almudena

Al finalizar esta entrevista ambas emprendedoras me dan la receta para que un proyecto funcione: "Una buena idea, un plan de negocio, un estudio de mercado, un buen proyecto. Y, poco a poco, sin prisa y con aportaciones humildes".








martes, 9 de octubre de 2012

Con identidad propia


He quedado con Mara, propietaria de La Cocinona , una tienda familiar situada en la calle Bolívar, a escasos 500 metros de la plaza de Legazpi. Al entrar en el establecimiento, un conjunto de sensaciones, olores y colores me transportan a las esencias más auténticas de tierras asturianas. El local, de unos 50 metros cuadrados, presenta dos zonas de negocios bien diferenciadas: una de ellas, dedicada a la venta de comida casera, preparada para llevar, y la otra, un pequeño anexo en el que el cliente podrá conseguir productos típicos asturianos, como sidra, mermeladas, quesos, chorizos o licores.



Mara es una mujer emprendedora, muy expresiva, con una facilidad asombrosa de comunicación,
que me fue explicando de manera minuciosa lo que supuso para ella la idea de iniciar un proyecto y  llevarlo adelante.

Me comenta que, anteriormente, la familia había sido socia de un proyecto similar de “comida casera” que no cuajó. Pasado el tiempo, decidió apostar por una idea que supusiera cierta continuidad con lo anterior, pero incorporando como novedad la venta de productos asturianos. “La idea del negocio era que la gente nos identificara con aquellos productos que ofrecemos. Especializarnos de alguna manera en el servicio que damos, facilitar a nuestros clientes todo aquello que deseen, manteniendo un trato totalmente personalizado”. Mara afirma que, en cuanto al servicio de venta de comida, “muchas empresas ofrecen el plato precocinado, un plato preparado, congelado, posiblemente más económico. Pero, realmente, nosotros queremos apostar por la comida casera, hecha aquí.. Incluso, en nuestro intento por fidelizar al cliente, nos adaptamos a sus necesidades, pues tenemos en cuenta si tienen alergias, si es para personas mayores, para  dietas especiales, etc”. Insiste en que  “no queremos perder la connotación de que la gente nos busque porque ofertamos algo distinto, ofreciendo un servicio de calidad”.

En el momento en el que tuvo lugar la entrevista, la cocina en la que se preparan diariamente los diferentes menús estaba que echaba humo. El ruido de las sartenes y cacerolas se entremezclaba con las conversaciones que mantenían las personas responsables de desarrollar con su buen hacer cada uno de los platos que se expondrán para su consumo a lo largo del día.

Al recordar la andadura de “La Cocinona” , desde la idea inicial hasta la realidad en la que se ha convirtió el 23 de diciembre de 2010, su propietaria no puede dejar escapar cierto gesto de desánimo cuando recuerda el exceso de papeleo al que tuvieron que enfrentarse para sacar adelante el proyecto. “El número de requisitos que hay que cumplir es ingente: salidas de humo, chimeneas, ruidos, gases, olores. Cualquier negocio que esté relacionado con restauración lleva aparejado una serie de connotaciones que, en muchas ocasiones, hace complicado que el proyecto llegue a buen puerto. Nosotros hemos tenido todos los cuidados del mundo, siendo exquisitos en el cumplimiento de las normas sanitarias. Hemos esperado meses para una licencia de obras. Y aunque hay que contar con que los tiempos se demoran, hemos esperado casi siete meses en obtenerla, con lo que supone el pago de un alquiler, más la obra, más luego todos los requisitos que se necesitan para poder abrir un establecimiento de estas características. Y, efectivamente, entiendo que son pasos que se deben cumplir, pero cuando uno quiere emprender, echa en falta más apoyo y más ayuda a las Pymes. Al finalizar todo está tan limitado que no se produce”. E insiste: “Nosotros no conseguimos ningún tipo de ayuda, aunque lo intentamos,; o por plazos o por condiciones, al final los papeles se pierden”.

En la restauración, lo fundamental para mantenerse en el negocio es “ofrecer las mismas calidades, pero diversificando y variando, para que a la gente le sigas gustando”.



Un negocio de este tipo también tiene que hacer frente, en ocasiones, a problemas con las comunidades de vecinos. En muchas urbanizaciones los propietarios de viviendas son reacios a compartir el día a día con este tipo de locales. “En nuestro caso, aunque hemos tenido desavenencias, cumplimos pulcramente e intentamos no ocasionar problemas. Reconozco que no es cómodo trabajar sabiendo que puede haber gente que no es partidaria de que desarrolles esta actividad, pero cumplimos con la ley, e intentamos ser respetuosos”.

El servicio que ofrece La Cocinona va dirigido a trabajadores de empresas cercanas a la zona, aunque muchas de ellas disponen de catering, y a familias particulares. El volumen fundamental del negocio viene impuesto por la comida y la venta de productos asturianos es un complemento al negocio.

En cuanto a la manera de publicitarse, Mara  indica que no habían invertido casi nada en publicidad. “En ocasiones, hemos utilizado cartelería, trípticos o  tarjetas para darnos a conocer. Realizando dos cambios de carta, una para  otoño-invierno y otra para primavera-verano, en la que se cambian los menús, además, de la carta especial de Navidad y Semana Santa.

Actualmente, la apertura de centros comerciales los domingos “puede afectarnos” en la medida en que las familias en invierno tienden a pasar una festivo en una grande superficie. Ante esto, Mara afirma que hay “que tenerlo previsto y adaptarse a las necesidades de las familias, ofreciendo nuevos servicios”.

Sin intención de expansión en el futuro, “sólo intentamos mantenernos, fidelizar a nuestros clientes y ofrecer algo diferente que se convierta en nuestra marca de negocio, en nuestra esencia. Sólo aspiro a disfrutarlo, sin querer abarcar más allá”.

Mara realiza un guiño a lo nuevos emprendedores: “Hasta que tu creas marca, la inversión debe ser la justa. Intentar endeudarse lo menos posible. Y animo a la gente a emprender sólo si es conocedor de hasta dónde puede llegar”.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Sabores del otro lado del Atlántico


Al final de la madrileña calle Bronce, en dirección a la plaza de Legazpi, descubro un escaparate con  un gran ventanal, decorado en la parte inferior por unas letras en color verde en las que se puede leer: “Buenas y Santas”, frase argentina que se utiliza de saludo entre la gente del campo.

Un acogedor local, decorado con colores claros y muy luminoso, que penetra desde el exterior a través de unas grandes cristaleras. Este establecimiento, de proporciones reducidas - el número de mesas no sobrepasa la docena-, abre sus puertas a todos aquellos que quieran disfrutar de una cocina sencilla, casera, ecológica, con pinceladas “gourmet”, que acercan a los madrileños a sabores lejanos de tierras argentinas



Entre sus paredes he quedado con una de las responsables de este original proyecto, que ha conseguido tras cuatro años de andadura, asentarse en el barrio de los Metales. Yamila nos habla de sus inicios como diseñadora, profesión que vino ejerciendo hasta que en 2008, junto a tres personas más, decidió “echarse la manta a la cabeza” y cambiar o modificar el rumbo de su vida. Un accidente fortuito de uno de los miembros, ocurrido meses antes,  originó el cobro de una indemnización lo que favoreció el despegue de la idea.

Protagonista de su propio proyecto, con el que buscaba un cambio drástico en su día a día, Yamila -junto a su hermana y dos socios más- fue gestando la idea de un establecimiento que les diferenciase del resto. Para ello, y teniendo las “cosas claras,” inició en la Comunidad de Madrid un curso destinado a los emprendedores, que les facilitase la información y las ayudas necesarias para poder iniciarlo.

Me comentó “que, en todo momento, mientras fue avanzando en la idea, fue consciente de que el proyecto gustaba a la Administración, su filosofía y la finalidad del mismo. Era una propuesta distinta. El hecho de que se tratara de un espacio “sin humos”- todavía no se había aprobado la ley que prohibíría fumar en espacios públicos y colectivos- fue un punto a nuestro favor”.



Una vez finalizado el diseño del mismo y con la aprobación por parte de la Comunidad de Madrid, iniciaron los trámites para conseguir capital. Asegura que “el hecho de que el crédito que aprobó la Administración fuera del 0% de interés, nos facilitó muchísimo las cosas”.

Sonríe cuando recuerda el día de inauguración del local, en junio de 2009.  “Nos quedamos impresionados de la cantidad de gente que tuvimos, nos llenó de satisfacción. El esfuerzo merecía la pena, ahora había que seguir trabajando duro”, rememora Yamila. Pero el verdadero punto de inflexión en un aumento del número de clientes fue la publicación en diciembre de 2009 de una crítica en OnMadrid. “Aunque en un principio, el boca-oreja fue lo que hizo a la gente venir a conocernos, la publicación en ese medio, fue lo que verdaderamente nos dio el último espaldarazo. Soy consciente de lo importante que es el marketing en cualquier sector, por ello, también me dedico a estar inmersa en las redes sociales".

Pero no todo han sido experiencias positivas Hasta el pasado mes de julio y durante un año, estuvieron vinculados a la explotación y gestión del restaurante del Matadero. a través de una concesión pública. Y en este sentido, Yamila indica que “no es oro todo lo que reluce”.

Pese a la buena acogida del proyecto, Yamila reconoce que el camino es fatigoso. Sin ir más lejos, critica la demora con la que se aprueban las licencias de apertura, que en su caso ha sido de cuatro años. También, lo difícil que resulta realizar cualquier trámite en la Administración.Y, por supuesto, esquivar la crisis. Reconoce que en estos últimos meses la facturación ha bajado un 8%, lo que les da “para seguir pagando los sueldos -tienen en plantilla 14 personas, todas con contratos indefinidos- y a los proveedores”.

Aún así, siguen emprendiendo. Actualmente, han abierto un nuevo “Buenas y Santas” en el centro de Madrid, en la calle San Bernardo. Me indica que “es un nuevo reto”. Y anima a la gente a crear sus propios proyectos, eso si, teniendo siempre muy clara la idea a desarrollar.

Me despido de vosotros hasta una próxima entrega, “Buenas y Santas”.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Un viaje sin retorno


Inicio mi serie de relatos de personas que se han reprogramado profesionalmente o que luchan por mejorar sus condiciones de vida. Para ello contacté con una persona que inició hace trece años una nueva vida alejada de sus raíces para conseguir un futuro mejor. Abro mi blog para presentaros a Lidia Luminita, una mujer rumana que ha conseguido asentarse en un país diferente al suyo y lograr, así, un porvenir mejor, alejada de su Bucarest natal.

La historia de Lidia representa la valentía, la fortaleza y la tenacidad por cambiar su destino. La lucha por resistirse, pese a la crisis económica que padece España actualmente, a regresar a su país, convencida de que su porvenir y el de su familia se encuentra aquí.




Al echar la vista atrás, Lidia recuerda sus orígenes en una pequeña población cercana a la ciudad de Bucarest, donde cursó los estudios obligatorios hasta los 16 años. Poco apasionada de los libros, decidió empezar a trabajar . Su primer contrato lo obtuvo como camarera de un bar, donde permaneció durante dos años.


Con la mayoría de edad decidió que su futuro no se encontraba en Rumanía y se animó a traspasar fronteras y dirigirse a Madrid, donde en aquel momento se encontraba su madre, que la apoyó y animó a dar el paso. "En aquellos momentos la situación en mi país era bastante caótica, los sueldos eran bajos, solo cubrían las necesidades del día a día. En mi viaje encontré la posibilidad de mejorar, y no me lo pensé", indica.

Los días previos a su partida, Lidia estaba intranquila, era la primera vez que salía de su país. Los pensamientos se agolpaban en su cabeza, la decisión estaba tomada, pero las noches previas a su viaje el vértigo se apoderó de ella. ¿Sería una decisión acertada?.

Un día de verano de 1999, la mañana se levantó grisácea, fría. La humedad, pese a la ropa de abrigo, envolvía los huesos. El autocar estaba esperando, era la hora de la partida. Un viaje que duraría tres días. El calor en el interior del autobús se hacía inaguantable, el hacinamiento de los cuerpos generaba un ambiente espeso, denso, compacto. Costaba respirar, dolían: el cuerpo y... el alma.

Recién llegada a España, sin conocimientos del idioma ni de la cultura, Lidia empezó a familiarizarse con la lengua mediante las anotaciones básicas que su madre le hacía en un cuaderno. Mínimas nociones para poder defenderse; cómo preguntar el nombre de una calle, como dar los buenos días, aprender a viajar en el transporte público, etc.

Durante el primer año de su estancia en España, Lidia con un contrato laboral en su poder y sin residencia aprobada podía hacer uso del servicio de Sanidad pública español a través de un carnet, en el que se especificaba su condición de extranjero. En aquel momento, los trabajadores del servicio del hogar se regían por el  Real Decreto 1424/1985, de 1 de agosto, por el que se regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. (Vigente hasta el 18 de noviembre de 2011). Regulación del Servicio del Hogar


Al cabo de dos meses se puso a trabajar como asistenta del hogar en una casa. Una ligera sonrisa ilumina su cara al recordar que cobraba 1.300 pesetas la hora. Los inicios fueron duros, desconocía el idioma y las costumbres, pero no quería volver a su país, significaría que había fracasado.

Mirando atrás, Lidia hace una valoración de los pros y los contras que le ha supuesto su decisión de intentar sobrevivir en España.  Nos cuenta que en estos diez años su situación ha mejorado, el precio de la hora trabajada se ha incrementado en un 40% respecto a su primer año, favorecido por nuestra incorporación al euro en el año 2000 y por la ficticia mejora económica que tuvo lugar durante los años de la "burbuja inmobiliaria". 

En este último año ha visto como muchos rumanos, amigos y conocidos, han regresado a su país, en busca de la estabilidad que creyeron encontrar aquí. 


martes, 18 de septiembre de 2012

En busca de nuevos horizontes

Pasada una semana, volví a la oficina del Inem en la que había realizado las gestiones necesarias para, ahora sí, inscribirme como parada y poder recibir la retribución correspondiente a mi condición de desempleada. Era pronto, pero aún así, la gente se agolpaba en el interior de la oficina observando el transcurrir de la mañana a la espera de que le tocase su turno. Pese a estar citada a las 10.00 de la mañana, los minutos iban avanzando al igual que los números en el panel informativo. Me senté con tranquilidad y ante mí se inició una procesión de personas que  buscaban los mismo que yo.

Aunque la actividad por parte del personal de la Administración era frenética, los turnos no parecían correr al mismo ritmo. Así que, en varias ocasiones, confirmé que llevaba los papeles necesarios: la demanda de empleo, el DNI, y al tener hijos, el libro de Familia.



Por fin, en el panel electrónico apareció mi número. Me precipité sobre la mesa que me correspondía y tomé asiento, ante mi se encontraba un hombre joven, de unos 30 años, agraciado y de sonrisa fácil. Me facilitó sentirme cómoda. Después de varias preguntas personales necesarias para rellenar el formulario, llegó el turno a la profesión, le dije que era periodista. De pronto, me miró y me indicó que él también lo era. Había ejercido como tal, algunos años antes. Y, para más in ri, teníamos conocidos en común. ¡¡Qué casualidad!!

Finalizados los trámites, salí a la calle y me dirigí a casa, las vivencias de los últimos días se agolpaban en mi cerebro, presionaban mis sienes como si necesitase gritarlas. No quería llegar a mi domicilio, así que entré en una cafetería a tomarme un café, mientras esperaba a que me lo sirvieran me llamó la atención los comentarios que hacían en un programa de radio. Un psicólogo hablaba de las sensaciones que se producen cuando eres objeto de un despido, cómo hay que afrontar la nueva situación y dijo algo de lo que le estoy muy, pero que muy agradecida. "El pasado es historia y el futuro está por llegar, pero el presente, el presente es un regalo al que debemos sacar todo el partido".

Esa idea quedó grabada en mi cabeza y fue la que dio origen a este proyecto de blog, os he relatado mi experiencia, ahora quiero disfrutar de mi presente haciendo lo que más me apetece, contar historias. Y qué mejor, que escribir para vosotros el presente de personas que han conseguido "pasar página" y "reinventase", no sin esfuerzo. Que sirvan de ejemplo para todos nosotros.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La suerte estaba echada


La mañana se había levantado más fresca de lo habitual para tratarse de un día de verano, el portón de la entrada al aparcamiento se elevó y a mi paso, como todas las mañanas, el guardia de seguridad me daba los "buenos días" con una amplia sonrisa. Algo que siempre me agradaba.  Conduje el coche los escasos metros que me separaban hasta la entrada del parking y  bajé las dos rampas hasta aparcarlo en mi plaza.
Entré en el ascensor, sin coincidir con nadie, y ascendí hasta la planta en la que se encontraban las oficinas. Era el día en el que se hacía público el número y los nombres de las personas que formarían parte del expediente de regulación.

La sección todavía se encontraba con sólo el cincuenta por ciento de sus integrantes, nos dimos los buenos días e iniciamos los ordenadores. El ambiente era tenso y el saber que en breves horas se produciría lo irremediable no favorecía el que pudiéramos trabajar con tranquilidad.

El día fue desarrollándose con impaciencia. Poco a poco fue llegando el resto de mis compañeros. Intentábamos concentrarnos en nuestro trabajo, pero no podíamos evitar comentar entre nosotros cuándo sucedería lo irremediable. Los minutos fueron pasando, lentamente. La manilla del reloj se descolgaba, con prudencia, reacia a cumplir su cometido.

Levanté la vista, tenía una situación privilegiada, y le vi entrar. Su paso era lento, cansado, agotado . Diría que venía a cámara lenta. A su paso por nuestro lado, bajó la cabeza, y  pronunció un lejanísimo “buenos días”. Se introdujo en su despacho, un habitáculo acristalado, a través del cual podíamos distinguir todos su movimientos.

Todos estábamos pendientes, los ojos me dolían de intentar mirar por el rabillo sin mover ni un músculo que le advirtiera mi necesidad de información. No se hizo esperar, la moqueta de la planta dificultaba que pudiéramos escuchar sus pasos, no nos hizo falta. Noté su presencia detrás de mí, su mano rozó mi hombro, no llegó a posarse. Seguidamente, en voz alta, fue nombrando al resto de mis compañeros. Mecánicamente fuimos levantándonos y entramos en su despacho, una habitación, relativamente, pequeña, inundada por una luz blanca, casi transparente. Nos colocamos, de pie, apoyados contra las paredes, -recuerdo que la frialdad del cristal traspasó mi vestido y un escalofrío recorrió mi columna-. La suerte estaba echada, en pocas palabras, nos anunciaba que ya éramos historia.

Salimos despacio, afuera nos esperaban nuestros compañeros, algunos de ellos amigos de muchos años, y nos fundimos en una amargo abrazo.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Mi turno en la fila del paro

Durante varios días me sentí noqueada, era incapaz de entender todo lo que había pasado a mi alrededor. El día a día de tantos años se había roto. Ahora me encontraba en casa, con una extraña sensación de orfandad. Mis minutos, mis horas se pasaban dándole vueltas a lo mismo: y ahora qué. Cuál sería mi futuro y más cuando las informaciones económicas diarias eran bastante desalentadoras. Había pasado a engrosar la interminable lista de desempleados de este país.

Tocaba iniciar los trámites para solicitar la prestación por desempleo, así que me puse a ello. Lo primero que tuve que solicitar fue cita previa para realizar la "demanda de empleo" en la oficina del Inem que me correspondía. Los trámites los agilicé a través de la web del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Servicio Público de Empleo. Ya estaba citada.



El día había llegado, con paso acelerado me dirigí hacia la oficina del paro. La avenida era amplia y la fachada del Inem se camuflaba entre los diferentes escaparates que poblaban la calle. En su interior la gente se agolpaba de pie ante el mostrador de información, donde una hombre joven, moreno y de estatura media, intentaba facilitar a cada una de las personas que iban llegando a la oficina los datos que le solicitaban.



No sabía cuánto tiempo necesitaría, así que recogí el número de mi turno y me armé de paciencia. La mañana se presentaba larga. Ante mí, vi pasar a gente heterogénea. Jóvenes de todas las edades, chicos y chicas; mujeres maduras, algunas de ellas llegaban con sus hijos pequeños entre sus brazos. Hombres de mediana edad, algunos de ellos vestidos impecablemente; hombres mayores, con los rostros marcados por las arrugas, cicatrices en la cara conseguidas después de muchos años de duros trabajos; inmigrantes.

Mientras tanto, los números en los paneles electrónicos iban avanzando. Desde la sala de espera, en la que se controlaba el paso de los turnos, se podía ver una gran habitación en la que se distribuían unas 13 mesas, cada una ocupada por un funcionario de la administración, que se encargaba de tomarte los datos e inscribirte. Me llamó la atención que muchos de ellos tenían pegados carteles en sus pantallas en las que se manifestaban en contra de los recortes en la Administración.



Al cabo de dos horas apareció mi número en el panel, era mi turno. Con paso  sereno me aproximé a la mesa, en la que me esperaba una mujer, de unos sesenta años, bajita, rubia, que sostenía en su mano un botella de agua a la que daba pequeños sorbos para sofocar el calor.

Tomé asiento, levantó la cabeza y su mirada se clavó en mí. En breves segundos realizó un breve estudio de mi persona y, a continuación, dibujó una ligera sonrisa en su cara. La tensión con la que llegaba desapareció, estaba tranquila. En una conversación de unos diez minutos fue dibujando mi perfil profesional en el ordenador. Entre pregunta y pregunta no podíamos evitar tratar la situación económica en la que se encontraba el país. Su crítica fue demoledora.

Me levanté despacio y le agradecí el trato que me había facilitado. Siempre he pensado que en estas situaciones es fundamental que el interlocutor sepa ponerse en tu "pellejo". Salí de la oficina "tocada" emocionalmente, pero con la certeza de que debía pasar página para poder afrontar con fuerza esta  nueva etapa de mi vida, en la que lo fundamental era sentirme arropada por mi familia y mi amigos. Mi presente y futuro estaban en mis manos.




En busca de mi primer trabajo


El último curso de la carrera corría ya a su fin, ya nos faltaba menos de un mes para conseguir la tan ansiada licenciatura. El entusiasmo se mezclaba con la incertidumbre del futuro que nos esperaba. El que más y el que menos había empezado ya a enviar currículum a diferentes empresas con el fin de conseguir unas prácticas que nos iniciaran en el terreno profesional que habíamos elegido: el periodismo.

Fue una época dorada para los medios de comunicación con la aprobación por parte del gobierno socialista de la Ley 10/1988 de la Televisión privada. Se abría el monopolio público de la gestión televisiva a la competencia, dándose entrada en el sistema a las “televisiones privadas”, consideradas como concesionarias o gestoras privadas del servicio público de Televisión.

Uno de mis amigos ya había recibido la primera llamada para realizar prácticas: "Ya he conseguido mi primera entrevista en la radio, creo que tengo muchas posibilidades de que pueda trabajar con ellos este verano". Otro de ellos ya había firmado el contrato que le facilitaría un trabajo asegurado para los próximos tres meses.

Poco a poco, todos mis compañeros fueron consiguiendo sus "prácticas de verano". Y por fin, llegó mi turno. Recibí la llamada de un amigo en la que me confirmaba que un periódico de tirada nacional necesitaba una redactora y que la entrevista tenía que ser esa misma tarde.

Estaba nerviosa, me enfrentaba a mi primera entrevista y no quería demostrar que estaba "como un flan". Bajo un sol de justicia me presenté ante el edificio. Tras unos segundos para tomar aire, sujeté con fuerza el pomo de la puerta y lo abrí. "Buenas tardes, tengo una entrevista de trabajo. Me están esperando". Después de facilitar mi nombre, una persona de centralita me acompañó hasta el despacho del jefe de sección, encargado de la selección.

Recorrimos un corto pasillo. El ambiente era denso y el espacio reducido. Las mesas se distanciaban unas de otros por unos pocos centímetros y del techo colgaban fluorescentes que llenaban el lugar de una luz "blanca", casi transparente. Me llamó la atención una amplia pecera, instalada en el centro de la planta, en la que estaban trabajando un grupo de secretarias.

En el interior del despacho se encontraba la persona que me había citado. Después de unos minutos de charla amena, me confirmó que contaba conmigo. ¡Qué alegría!, lo había conseguido.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ante un futuro incierto


Durante unos segundos me abstraje totalmente de la conversación hasta que  la dureza de las palabras empleadas por una compañera me hicieron  incorporarme de nuevo a la cruda realidad. "La empresa tendrá que dar algún tipo de explicaciones sobre la gestión mantenida a lo largo de estos años. No es posible que seamos siempre los mismos, los trabajadores, los que tengamos que asumir las pérdidas de años y años de dispendio". Su voz grave fue elevando el tono cada vez más.

De pronto, se hizo el silencio. En esos momentos, con un pasear lento y cansado apareció la figura de uno de los máximos responsables de la empresa. Alto, delgado, con un semblante enjuto, vestía una camisa azul con los puños en blanco y un  pantalón gris, que se estrechaba ligeramente en el tobillo. El pelo totalmente engominado hacia atrás, dejaba caer un mechón de pelo sobre su frente.

Al pasar a nuestro lado giró la cara hacía el otro lado evitando que sus ojos pudieran coincidir con alguno de los nuestros. Mientras tanto, nosotros intentamos que sintiera nuestra preocupación y nuestro enfado siguiéndole con la mirada hasta que se internó en el cuarto de baño. Durante el tiempo que permaneció en su interior, nuestra conversación bajo de tono, los comentarios se diluyeron y el único ruido que permanecía era el tintineo de las cucharillas contra las paredes de nuestras tazas.
A los pocos minutos el personaje recorrió los mismos diez metros delante de nosotros, sin que su semblante variase ni un ápice al que anteriormente habíamos visto.

Finalmente, el grupo se deshizo y cada uno de los componentes nos incorporamos a nuestras correspondientes secciones. Arrastramos hasta allí nuestras incertidumbres, esperando que en días sucesivos las cosas se fueran aclarando.

Queríamos conocer nuestro futuro.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Los pasillos eran un hervidero de gente



Las historia volvía a repetirse. Después de tres años de cierta tranquilidad, la empresa lanzaba otro "globo sonda": sería necesario un nuevo expediente de regulación para intentar conseguir el reflote de un buque que permanecía  a la deriva desde hacia ya varios meses.

Los apartados del edificio, conocidos como "vending", en los que los trabajadores aprovechaban para quitarse presión durante unos breves minutos a lo largo del día, se habían convertido en verdaderos hervideros de rumores.

"Estoy seguro de que el número de despidos que baraja la empresa es de 200. Los resultados del último cuatrimestre han sido malos, con una reducción en la publicidad de casi un 20%", comentó una de las personas que más años llevaba en la empresa, mientras removía constantemente la cucharilla dentro del vaso de café.



"Entiendo que la empresa tendrá en mente otro tipo de soluciones antes de echar a la calle a tanta gente",  añadía otro de los posibles afectados. En un breve espacio de tiempo recordé el primer día que atravesé la puerta del que sería mi primer y, hasta ahora, único trabajo. Había conseguido empezar a trabajar antes de finalizar la carrera y eso era un logro.

jueves, 30 de agosto de 2012

Que el paro no nos pare


Con este cuaderno de bitácora me propongo exorcizar todos los malos espíritus que se conjugan en la toma de decisiones de un "despido". Os contaré mi historia profesional, con la que muchos de vosotros os sentiréis identificados e iré desgranando poco a poco los vínculos y las relaciones que se entretejen entre jefes y trabajadores.

En este blog tienen cabida todas las ideas, los comentarios, las anotaciones, las denuncias y las críticas de todos aquellos que actualmente os encontréis desempleados, pero también y casi diría que en mayor medida va dirigido a los que disfrutan de un puesto de trabajo. A todos aquellos que han sido capaces de "reinventar" su vida profesional, después de haber pasado por la dolorosa etapa de encontrarse "en el paro" y también para quienes, sin lograrlo todavía, se esfuerzan diariamente por conseguirlo.



Espero que nos sirva de catarsis para afrontar el día a día de una situación que en ocasiones se nos antoja insostenible y que todos y cada uno de nosotros asumamos que "el paro no nos debe parar".
Estas líneas tratarán de ser un punto de encuentro en el que mis historias serán vuestras historias. Todas las semanas intentaré narraros relatos verdaderos de personas que han conseguido esquivar al paro y echar para adelante, con imaginación, constancia y esfuerzo. Algo tan denostado en nuestros días. Pero también me pongo a vuestra disposición para denunciar "vuestras" injusticias, vuestros procesos de despido, vuestros litigios. Y me implico para dar a conocer vuestra tenacidad diaria para salir a la calle en busca de un "trabajo digno" que os haga realizaros como profesionales y como personas.

Busquemos nuevas fórmulas para que la tasa de despidos disminuya, demostremos a nuestros políticos que están equivocados, que sus gestiones no son las adecuadas, que pedimos más de su parte, porque por la nuestra estamos preparados para darlo todo. Alejémonos de las protestas masivas orquestadas por los sindicatos mayoritarios, para conseguir sus propios intereses. No dejemos que nos manipulen y aboguemos por una "protesta silenciosa" y diaria.